De camino hacia allá fueron dos tropezones, de regreso uno: dos es coincidencia, tres es una confirmación.
Además de que yo me quede preocupada por el primer tropezón que desembocó casi en una caída.
Pero no me hagan caso, a mí se me da perfecto eso de andar prediciendo catástrofes, hasta las que no suceden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario